CIRO Y LOS PERSAS- ESPEJOS
A un año de separación de Los Piojos, y con nueva banda, Ciro presentó su primer disco solista este miércoles 22 de septiembre, en el Palacio de los Deportes.
La separación de las grandes bandas, aquellas que supieron acarrear un peso simbólico generando una identificación que va mucho más allá de la música, puede ser tanto o más traumática para sus seguidores que para los propios integrantes. En ese sentido, es muy probable que a los miles de chicos que se tatuaron un piojo les cueste mucho más elaborar el duelo por la separación que a Tavo, Micki o Ciro, los únicos miembros originales que quedaban en Los Piojos. Piti hace rato que está con La Franela; Tavo se divierte con Las Pelotas; y Micki en algo andará. En lo que se refiere a su cantante, Andrés Ciro Martínez, se lo nota liberado, eufórico. Casi diría resucitado. En Espejos, su primer álbum solista –al frente de su nueva agrupación, Los Persas–, suena como si se hubiera sacado un peso de encima. Y esa sensación de libertad se tradujo en un aluvión de nuevas canciones. Son pocos los solistas que en este momento se animan a sacar un disco de 70 minutos con quince temas, pero a Ciro eso no parece haberle preocupado. Seguramente, la novedad de no tener que representar a nadie más que a sí mismo a la hora de componer –y, más específicamente, de escribir letras–, funcionó como un dique que se levantaba y dejaba fluir libremente la corriente creativa. En Espejos reaparece el Ciro más hedonista, el que quiere salir a tocar rock & roll.
Y para ese propósito, lo que funciona con una potencia realmente formidable es su nueva banda. Andrés incluye un texto escrito por él mismo en el que relata el proceso que llevó a la formación, contando los pasos de prueba y error, y los músicos que quedaron en el camino. Por lo que aquí se escucha, su intuición (y su oreja) le indicaron las elecciones correctas, porque Los Persas –Juan Gigena Abalos y Juanjo Gaspari en guitarras, Broder Bastos en bajo, Lulo Isod en batería y Chucky de Ipola en teclados– suenan como si tuvieran mucho road encima; diferente de Los Piojos, pero manteniendo los rasgos básicos de la personalidad del cantante, que también se encargó de la producción artística del álbum.
Hay una gran variedad musical en Espejos, pero abunda el rock & roll y el R&B. "Servidor" es un R&B que recuerda la primera época de los Stones; "Banda de garage" tiene un riff con alguna reminiscencia de "You Really Got Me", y ahí Andrés se destaca con su punzante armónica; "Noche de hoy" es un rock gozoso y festivo y "Blues del gato sarnoso" tiene –como muchos de los temas de este disco– una letra que parece autorreferencial junto a un excelente solo de Chucky, que, dicho sea de paso, hace un gran trabajo a lo largo de todo el disco. En "Rockabily para siempre", Ciro retoma la desfachatez de la primera época de Los Piojos. Pero hay mucho más que rock y blues: el tema que da título al disco y "Ruidos" son como cuentos cortos con un desarrollo casi literario, y un clima entre la ensoñación y la pesadilla. "Insisto" es una canción pop con intro beatle y deliciosos arreglos vocales, y "Paso a paso", con la voz invitada de Micki Rodríguez, un reggae con mensaje latinoamericanista y contestatario. Los piojosos van a disfrutar con "Chucu-chu", una de esas típicas marchas saltarinas, con referencias a la droga y citas de "El fantasma de Canterville" y "Ñam fri frufi fali fru". "Malambo para Luca", un hermoso homenaje a quien es seguramente la máxima influencia de Ciro, cuenta con la participación de La Chilinga y Diego Arnedo. Pero quizás el más confesional sea "Vas a bailar", un midtempo que es también uno de los grandes temas del álbum. Aunque aparentemente está dedicado a una chica, Andrés parece estar hablándose a sí mismo cuando dice: "Si ser lo mismo es virtud / vos sabés bien que también es quietud / si anda rondando la felicidad / no tengas tanto temor de cambiar".
ANDRÉS CIRO EN EL LUNA PARK: CRÓNICA DEL CONCIERTO
Con velos y turbantes, Andrés Ciro Martínez y Los Persas abrieron el show con "Antes y después", como en Espejos. Después asomó un cover de Pappo ("El viejo") y una perlita piojosa: "Te diría". La lista era un subibaja constante. Aunque el público recibía bien las novedades solistas del cantante (especialmente las más enérgicas, caso "Banda de garage" y su afano a los Kinks), el lugar terminaba explotando con los hits del grupo que lo hizo popular, como pasó después con "Todo pasa" y "Luz de marfil".
Ahí estaban, estoicos, Juanjo Gaspari y Juan Abalos en guitarra, Lulo Isod en batería, Broder Bastos en bajo y Chucky de Ipola en teclados. Sonaban aceitados, pese a no zapar juntos hace más de un año. "¿Cómo andan, tanto tiempo? Alucinante este recibimiento que me han dado", agradeció Ciro y se retiró.
Tras un cambio de vestuario, el grupo salió de camisa y smoking, look bien fifties, para estar a tono con los temas "Blues del gato sarnoso", "Rockabilly para siempre" y "Blues de la ventana" (en un escenario paralelo, montado del lado del Super Pullman). En el medio, mecharon "Blues del traje gris", un oldie de Chactuchac (1992) que encajaba perfecto. "¿Tienen ganas de bailar?", preguntó Ciro, dando pie a un bloque disco (¡hasta hizo pasito a lo Travolta!) con "Ruleta" y "Manjar", más algunos fraseos de "Miss you", de los Rolling Stones, y "Debede" de Sumo. Chucky fue el principal compinche para este segmento.
Ya más relajados, de remera y pantalón, llegó lo mejor. Con Micky Rodríguez de invitado, un viejo amigo, hicieron "Paso a paso", un reggae de protesta, y después se acopló Daniel Buira con La Chilinga en percusión para "Verano del '92". Un mini-ritual, todo un déjà vu. El público piojoso reversionó el clásico cantito ricotero: "Olé, olé, olé, olé, olá, sólo te pido que se vuelvan a juntar". Ciro mostró una mueca de sorpresa. "Si acabamos de juntarnos...", gambeteó con mucha cadera y siguió con "Malambo para Luca", acompañada de imágenes del Pelado en las pantallas, y la lúdica "Chucu chu" (a falta de "Como Alí"), con la banda haciendo trencito sobre el escenario.
Para el final quedaron tres temas de Espejos: "Insisto", "Noche de hoy" y el track oculto del álbum, conocido como "Trapos" y devenido en un nuevo "Finale", con la lectura de los barrios de todas las banderas del público, ese momento donde uno ya va enfilando para el fondo. Berazategui, González Catán, Maquinista Savio, Hurlingham, Liniers, Almagro, Ramos Mejía... y la puerta de salida del Luna Park.
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